Noé Mondragón Norato
El TUCA de Guerrero
Los del PRD tienen sus razones para apoyar a la panista Xóchilt Gálvez
como aspirante presidencial por el Frente Amplio. La principal es que PRI y PAN
excluyeron de esa contienda al senador Miguel Ángel Mancera Espinosa y al ex
gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo. Eso no cayó nada bien en la
dirigencia nacional perredista que se declaró “en pausa” dentro de ese Frente.
Al final abrieron su apuesta a favor de la panista. Pero hay otras lecturas
asociadas a lo anterior.
FRENTE CONTRA “ALITO”. – Una de las tácticas priistas tradicionales
consiste en meter zancadillas y operar traiciones hacia sus adversarios
internos. Lo hizo así el exgobernador mexiquense priista — y tío de Peña
Nieto—, Arturo Montiel cuando creó el grupo Tucom (Todos unidos contra Madrazo)
como una forma de frenar al tabasqueño en la candidatura presidencial tricolor
de 2006. En respuesta, Roberto Madrazo filtró a la prensa toda la ofensiva
riqueza de Montiel labrada al amparo del poder público. También su romance con
la periodista francesa Maude Versini, un asunto que derivó en tema de escarnio
nacional. Montiel quedó fuera y Madrazo se encumbró como candidato. En su
calidad de gobernador en funciones del Estado de México, Peña Nieto pactó
entonces con el aspirante panista Felipe Calderón no sólo la derrota de AMLO en
aquella elección, sino el arrumbamiento de Madrazo hasta el tercer lugar. Hoy
con algunas variables, se repite la historia. Se lee así: 1.- El PRD prefiere
negociar con el PAN que con el PRI. Se entiende que el dirigente nacional del
PRI Alejandro Moreno Cárdenas “Alito” fue el personaje que acordó con el PAN
dejar fuera a los dos aspirantes del PRD. Esto le permitió al PAN tomar ventaja
de la situación. Porque recogió los agravios perredistas a su favor
convirtiéndolos en adhesiones. Desde luego, bajo la promesa de compensarlos en
la negociación del Frente Amplio, con el reparto de posiciones de poder que
beneficien a las cúpulas del perredismo. Y la mazorca política se está
desgranando no a favor de la priista Beatriz Paredes Rangel, sino de la panista
Xóchilt Gálvez. El hecho de que el senador Santiago Creel se bajara ayer de la
contienda y declinara su apoyo a la también senadora de su partido, es por
demás elocuente. Y en Guerrero son otras las lecturas. 2.- El exgobernador
perredista Ángel Aguirre no podía, por simples valores entendidos apoyar a la
senadora priista Beatriz Paredes. La referencia es insoslayable: en su calidad
de dirigente nacional del PRI en 2010, Paredes Rangel se encargó de citar en la
sede de ese partido a Aguirre. Estando allí, le informó que el candidato del
PRI para la elección de gobernador de enero de 2011 era Manuel Añorve Baños,
recomendado político de otrora poderoso personaje tricolor Manlio Fabio
Beltrones Rivera. Aguirre salió de ese lugar para citarse en un restaurante del
sur de la Ciudad de México con Marcelo Ebrard, quien fue el gestor político
ante la tribu los chuchos de Nueva Izquierda, para convertirlo en candidato a
gobernador por el PRD. Sin embargo, los resabios políticos quedaron grabados. Y
hoy Aguirre, al apoyar desde el PRD a Xóchilt, le está pasando factura a
Beatriz. 3.- Sin decirlo abiertamente, el exgobernador tricolor Héctor
Astudillo clama en silencio porque sea la panista Xóchilt Gálvez quien quede
como candidata del Frente Amplio. Porque si en su lugar llegara Beatriz
Paredes, la puerta de la negociación política se reduce significativamente para
los planes de poder de Astudillo. Por una sencilla razón: está confrontado con
Alito, quien es el principal impulsor de Beatriz. Al ser desplazada
eventualmente esta última de la contienda presidencial, Astudillo se enfocaría
a negociar directamente con las cúpulas panistas varias candidaturas en
Guerrero, pasándose por alto las decisiones que tome al respecto Alito. Y máxime
si ha dicho escenario se suma el hecho de que, en su calidad de propietario del
MC aquí, el exgobernador priista se ofertaría doblemente ante el PAN. Hay una
negociación de poder que, en definitiva, tensará la cuerda al máximo. Y Alito
tendría una sola disyuntiva: resignarse a otorgarle candidaturas a Héctor
Astudillo. O dislocar el escenario operando con su alfil Manuel Añorve. La
consigna de la dupla Aguirre-Astudillo en Guerrero parece simple: arrinconar y
desplazar al dirigente nacional del PRI. O Todos Unidos Contra Alito (TUCA).
HOJEADAS DE PÁGINAS…En un acto lastimero, la polémica alcaldesa de
Chilpancingo, la morenista Norma Otilia Hernández Martínez, se puso
melodramática acusando violencia política de género. El asunto central es que
hombres y mujeres en la función pública están expuestos a la crítica por el
simple hecho de manejar y aplicar un cuantioso y millonario presupuesto
público. No puede haber violencia si se cuestiona la forma errada en que se
distribuye. Y, sobre todo, si existen sospechas de corrupción. De hecho, la
ineficacia en la función pública debería tipificarse como corrupción en función
de que se niega a dar resultados convincentes a las mayorías. Por más que se
esfuerce y llegue al punto de las lágrimas, la alcaldesa morenista no aprende.
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