LECTURA POLÍTICA
Noé Mondragón Norato
Exgobernadores: estar bien con Dios y con el Diablo
Como el exgobernador Ángel Aguirre, el también exmandatario estatal
Rubén Figueroa Alcocer decidió jugar el mismo juego. Es decir, infiltrar a sus
cuadros políticos en los partidos opositores al PRI. Y también, manotear dentro
de su propio partido. Al menos es lo que acaba de percibirse durante el
registro del senador Manuel Añorve como aspirante a reelegirse en ese escaño.
Festivo, Figueroa apareció acompañándolo. Pero lo hizo esperando lo que
obtendrá en el reparto de alcaldías y diputaciones federales y locales ante el
dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas. Y mientras eso ocurre,
el exdirigente estatal del PRI, Cuauhtémoc Salgado Romero —identificado con el
grupo figueroísta—, renunció a ese partido para sumarse al proyecto de la
morenista Claudia Sheinbaum. Pero hay otras variables de lo que se disfraza
como “atípicas” maniobras políticas.
APUESTAS CRUZADAS. – Con el registro de Manuel Añorve orientado a
buscar su reelección en el senado, los escenarios de poder y la operación de
los actores locales cambiaron. Se lee así: 1.- El excandidato a gobernador
Mario Moreno Arcos, se quedó en el limbo tras la maniobra de Añorve. Y es
obvio: la alianza PAN-PRI-PRD no podía encumbrarlo como candidato al senado
porque se privilegiaron los intereses de los grupos. Y en el PRI se impuso la
fuerza del dirigente nacional priista Alejandro Moreno Cárdenas Alito, en su
calidad de aliado político coyuntural de Manuel Añorve. Moreno Arcos evaluó
que, con el control del voto duro tricolor por parte del exgobernador Héctor
Astudillo sumado al suyo sembrado en la región centro, le alcanzaría para ofertarse
exitosamente ante el PRI nacional y la propia alianza opositora, desplazando de
esa candidatura a Añorve. Pero se equivocó. La apuesta que se abre para Moreno
Arcos como representante de los intereses políticos de la dupla Héctor
Astudillo-Ángel Aguirre, es una sola: ir a la competencia por el senado bajo
las siglas del partido Movimiento Ciudadano (MC) una franquicia política que,
en Guerrero, es propiedad de Astudillo. 2.- Una parte del voto duro tricolor,
Manuel Añorve lo tiene en Acapulco. Pero en las demás regiones de la entidad,
le pertenece a Héctor Astudillo. Y todos aquellos que votaron por Mario Moreno
en la pasada elección de gobernador de 2021, podrían definir la contienda con
relación a quien de los dos —Manuel Añorve o Mario Moreno—, pasaría al senado
por el principio de primera minoría. Con ello se abren cuando menos dos pistas
en las que el exgobernador Astudillo operaría su venganza política contra Alito
y Añorve, golpeando de soslayo en Guerrero a la candidata presidencial Xóchilt
Gálvez. Por un lado, quitándole a la alianza PAN-PRI-PRD la posibilidad de
triunfar en el senado y en algunas diputaciones federales. Y por el otro,
haciéndolo sin renunciar al PRI. Es decir, cruzando el voto de sus allegados a
favor de Mario Moreno en su hipotética candidatura al senado por el MC. 3.- Una
vertiente que podría evitar los escenarios de desastre electoral para el PRI
atribuido a lo que parece, una inminente división interna, es que Mario Moreno
se conforme con la candidatura a la alcaldía capitalina por la alianza
PAN-PRI-PRD. Desplazando al PRD que también la reclama. Pero corre cuando menos
tres riesgos políticos visibles: que el Morena termine en definitiva con su
carrera política derrotándolo en esa elección justamente por el desacuerdo, los
agravios y la operación soterrada del perredismo en su contra; por el cansancio
natural del ciudadano para votar a su favor por tercera vez y por el mismo
cargo; y porque de ganar la alcaldía capitalina, quedaría con un muy bajo
perfil para intentar disputar el gobierno estatal en la elección de 2027. Es
obvio que, operando por segunda ocasión como senador, Manuel Añorve le sacaría
amplia ventaja. En toda esta batahola, los grupos priistas de los
exgobernadores Héctor Astudillo y Rubén Figueroa y el perredista del
exgobernador Ángel Aguirre, ya tienden sus apuestas. Los tres van a operar en
evidente juego de vencidas y con la mira puesta en su propia sobrevivencia. Los
tres harán valer su eterna condición de caciques. Y los tres van a operar,
quiérase o no, el voto cruzado en la ya cercana elección de junio. Apuntalando
a sus propios cuadros políticos. En contra de sus propios partidos. Pero
también, a favor del Morena y de su candidata presidencial Claudia Sheinbaum.
Para al final de la elección quedar bien con Dios y con el Diablo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…En corrillos políticos trasciende que un eventual
Plan B del priismo rumbo a la contienda de gobernador en 2027, es preparar un
“nuevo” cuadro político que estaría encarnado en el actual alcalde de
Zihuatanejo, Jorge Sánchez Allec, quien se reeligió en el 2021 y hoy buscaría
la diputación federal por el distrito tres. Montado en esa euforia, el edil del
municipio de teniente José Azueta, pretende dejar como heredera en su actual
encargo, a su esposa Lizzette Tapia Castro, ante la mirada complaciente del
dirigente estatal priista Alejandro Bravo Abarca, quien percibe esa maniobra
nepotista como algo natural, dada la pobreza de cuadros políticos competitivos
en elecciones proyectados por ese partido. Pero el primer paso de Jorge es
ganar la elección federal. O ser frenado abruptamente en ese trayecto.
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