jueves, 12 de febrero de 2015

Columna: TRIBUNA PUBLICA

Tribuna Pública

Francisco Javier Copeño Castro

 

¡Vaya! Por fin y después de unos días de haberle mandado un S.O.S al administrador del Mercado Municipal Alfonso Villanueva González, mandó a su personal a cambiar las cinco lámparas de la Nave de Ropa que le ha habían reportado que estaban fundidas, aunque solo cambiaron cuatro, -faltó una- la mayoría fueron cambiadas. También nos dimos cuenta de que un mueble de herraría que estaba en el andador de Galeana en la salida del Pasillo de los Huaraches después de avisar por tres ocasiones de que si no lo quitaban lo quitarían la administración, lo cumplió y lo quitó; sin embargo, no podemos dejar de mencionar que escasos metros de donde estaba el otro, está uno más grande y a ese no le hace nada. Asimismo, varios comerciantes de la Nave de Ropa se quejan de que en el estacionamiento del mercado, por el lado de Galeana está siendo invadido y tampoco hace nada. Sumado a lo anterior muchas personas se quejan de que en la parte norte del mercado, en el área de taquerías dichos comerciantes bajan sus mesas y sillas hasta el arroyo vehicular e inclusive hacen mención de que la misma administración de dicho centro de abasto, mandó colocar unos señalamientos para que los automovilistas no se estacionen ahí, porque los comerciantes dicen que les obstruyen la visibilidad de sus negocios. ¡Hágame usted el fabron cavor! Por si no lo sabían, toda esa parte del frente donde ahora están los taqueros era ESTACIONAMIENTO, pero que voraces líderes de antaño lo invadieron como se han invadido otras áreas y los hicieron locales, dándole en la madre al área de fondas donde se tenía que ir a comer pero que hoy tienen que recurrir a la venta de cerveza para poder subsistir, que aunque no es justificante gracias a los taqueros y fritangas que se venden por todos lados, son muy pocas personas las que van a las fondas buscando qué comer en las fondas. Eso de las invasiones de espacios en el mercado, era el pan nuestro de cada día de líderes y funcionarios, que se hicieron de locales al amparo del poder y de la corrupción, todos ellos fueron desapareciendo espacios de uso común y el ser líder del mercado, era sinónimo de agandallarse locales en calles, banquetas, entradas y salidas de dicho centro comercial; y solo por citar algunos ejemplos, podemos señalar a los dos andadores del mercado, Altamirano y Salazar, que eran áreas de carga y descarga, también el estacionamiento principal que a la fecha es otra área comercial más obteniendo pingues ganancias tanto líderes como funcionarios de las administraciones  municipales, donde primeramente fue invadido el área pegada a la ampliación del mercado y después prácticamente todo, los sanitarios de la Nave Central llamados de la Virgen, fueron hechos más pequeños para poder chingarse unos cuantos locales, el área conocida como de Lavaderos, pegada a las oficinas de la Administración también desparecieron, espacios de oficinas fueron puestos a nombre de los dirigentes y hoy son locales de familiares de esos dirigentes. El canal de desagüe de la calle de Altamirano, las entradas y salidas de la Nave Central, el área de juntas de la Nave de Ropa, el área de seguridad del mercado conocido por todos como El Triángulo; las alas laterales de Galeana y Salazar, donde todos ya tienen locales sin tener documentos, pero que hacen esos vividores líderes de sus costumbres la ley, sin que las autoridades hagan algo al respecto. En fin, existe un cúmulo de irregularidades difíciles de erradicar; más, si las autoridades siempre están pensando en sus intereses de perpetuarse en el poder y dejando que cada quien haga lo que quiera pero que los apoyen en época de elecciones. Así, no más no se puede. O como dice mi Tío Pánfilo… ¡No pos está cabrón! ¡Hasta la próxima y salud!     

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