Desde El Diario de la Tarde
El ambiente era tenso. Los vecinos expectantes veían incrédulos y temerosos el operativo implementado por elementos de la Policía Preventiva Municipal en uno de los locales del Mercado Municipal “Gral. Adrián Castrejón”, propiedad del señor Omar Colis Cantú. Eran las 18:00 horas del pasado 6 de mayo del año en curso, y parecía que habían encontrado algo muy “grueso” en el negocio de dicho abarrotero.
El ambiente era tenso. Los vecinos expectantes veían incrédulos y temerosos el operativo implementado por elementos de la Policía Preventiva Municipal en uno de los locales del Mercado Municipal “Gral. Adrián Castrejón”, propiedad del señor Omar Colis Cantú. Eran las 18:00 horas del pasado 6 de mayo del año en curso, y parecía que habían encontrado algo muy “grueso” en el negocio de dicho abarrotero.
Minutos antes, un familiar de él acudió a solicitar la presencia de testigos que verificaran lo que estaba pasando. Y en efecto, quienes acudieron pudieron constatar lo que pasaba y se dieron cuenta que al menos tres patrullas y un poco más de 20 policías rodeaban el local comercial, como esperando la llegada de algún superior o autoridad de más alto rango para proceder a inspeccionar o posesionarse de “algo” o “alguien” sumamente peligroso.
Ingenuamente un reportero de conocido diario local se acercó a quien parecía estaba al frente de dicho operativo para solicitarle información de lo que estaban realizando, pero dicha policía -mujer- le contestó de manera déspota, prepotente y altanera que él no era nadie para que ella le diera información, que si quería saber algo dirigiera sus pasos a la Secretaría de Seguridad Pública, donde le darían todo lo que quisiera.
Nosotros observábamos a distancia prudente. Había entre los elementos de la Policía que tenían rodeado el local algunos conocidos nuestros, por lo que solicitamos nos dijeran que era lo que estaba sucediendo. Se miraron unos a otros y alguien nos dijo en voz baja: “la verdad a nosotros sólo nos dieron la orden de apoyar a la Comandante y pues aquí estamos, esperando alguna indicación para actuar”.
¿Pero qué es lo que sucede? Insistimos. Un tanto parcos los policías con los que intercambiamos algunas palabras, sólo atinaron a decir que mejor le preguntáramos a la Comandante.
Nos acercamos a ella y al tratar de comentarle nuestro interés en saber que sucedía, nos dijo: “¿Y tú quién eres? Mejor sigue tu camino y no te metas en problemas”. Pero… -insistimos- solo queremos saber qué pasa, si no quiere darnos datos personales de usted no importa, por el momento sólo queremos saber de los hechos…
¡Nada! Ya te dije que no te doy nada de información y si no te retiras te vas a meter en problemas. –Contestó en tono molesto la uniformada, quien medía como 1.55 metros de estatura, morena, complexión robusta, pelo corto, chinita, y con cara de pocos amigos-.
En fin, nos quedamos a ver cuál sería el final de dicha movilización policiaca, que en esos momentos, media hora después de que empezó todo, los curiosos ya no solamente eran los vecinos de Don Omar Colis, sino que ya había varias personas en la calle de Altamirano para ver el resultado de dicho operativo ostentoso.
De pronto sale de su local el abarrotero Omar Colis Cantú, a quien le preguntamos qué era lo que sucedía, y gentilmente nos contestó: “No pues nada, que estos señores policías rodearon mi local porque cuatro personas se estaban tomando una cervecita para el calor dentro de mi espacio comercial y ahora se los pretenden llevar, cuando ya les expliqué que no tienen por qué, y que en todo caso si estoy vendiendo a ellos no les compete decirme nada y que venga Reglamentos a multarme o lo que proceda, pero se portan muy prepotentes y altaneros, que miren ustedes todo este operativo montado tan solo para pretender llevarse a cuatro personas que su delito es tomarse una cerveza dentro de mi local, y creo que esto es una exageración, que sólo representa una burla para ellos, porque con estas personas se ponen agresivas y con quienes deben hacerlo no lo hacen, como son aquellos que hacen su “negocio” frente a la Central camionera, porque a ellos nunca les dicen nada”.
Total que al final llegó Reglamentos, infraccionó a Don Omar Colis y todos se retiraron sin haberse llevado a nadie, pero como se vio una movilización ostentosa, ahora le dicen sus amigos Don Omar “El Terrorista” y sus cuatro “Kamikazes”. Y a diferencia de otras entregas similares, esto no es ficción, este fue un hecho real. ¡Vaya con algunos policías que tenemos! ¡Salud! ¡Hasta la próxima!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario